domingo, 4 de diciembre de 2011

parada solicirada

hoy me subo como cada dia con la cara helada por el frio, las monedas entre mis manos cuarteadas por la helada y por los dias de duro trabajo.
siempre que subo me recibe tu sonrisa, unas palabras amables en un tono de alegria.
como cada dia me siento cerca, para disfrutar de tu compañia, para no perder ni un instante la direccion de tu mirada, para sentir que es a mi a quien dedicas esa sonriasa.
hoy me subo como cada dia , hoy me subo con un toque de melancolia, mirando por la ventana... el final del trayecto se acerca...
hoy me subo sabiendo que esto es un adios, que este sera mi ultimo viaje. hoy tomare las riendas de mi camino. hoy tomare las riendas de mi alma, encontrare mi destino y  luchare por ello.
este es mi ultimo viaje,y  mi ultimo hasta luego, espero encontrarte algun dia en mi camino, espero que seas feliz...espero que algun dia vuelva a ver esa sonrisa, .
este es mi ultimo viaje y mi ultimo hasta luego,
se que suena inesperado,se que no te importara demasiado. llenaste mis dias sin saberlo , las cosas cambiaron desde que te conoci, me enamore de ti, de tu sonrisa y tus ganas de vivir, aprendi tantas cosas de ti! se que te puede llegar a sorprender lo que escribo aqui, nunca dije que este fuera el motivo real de mis viajes contigo. nunca quise influir en tu vida, siempre vi la felicidad reflejada en tus ojos, jamas me vi capaz de luchar por ti, no asi, viendote feliz. y aunque me duele, no puedo seguir soñando con tus besos, con el roce de tus dedos....
por eso te doy las gracias mientras me alejo de ti, gracias por escucharme, por tus miles de consejos, por dejar que me relajara contigo, por todos esos momentos, instantes que echare mucho de menos. se que nunca me sabran igual los cafes de los bares que comparti contigo, nunca encontrare, como encontre en ti, un amigo.
me alejo partiendome el corazon, pero sabiendo que te olvidaras de todo esto. ojala algun dia sientas que el asiento esta vacio, que la chica que tantas veces subio contigo ya no esta, que  la echas de menos y sentire tu recuerdo como un calor directo al corazon.
ojala algun dia coincidamos en la vida y me sonrias otra vez, ojala todo esto no tubiera que ser asi, ojala no me doliera, ojala nunca me hubiera enamorado de ti asi no moriria parte de mi, perdiendo un amigo, perdiendo un amor.
espero que con el tiempo te sigan mimando como lo intentaba yo, que nadie mas te cuente historias de las que meten miedo, que eso quede entre los dos.
esto es mi unico adios, no hay mas salidas. un adios seguido de un "ya te echo de menos", me alejo dejandote mi corazon en el asiento junto a mis mejores deseos, me alejo deseando un beso....
cuidate, y se feliz, que nadie estropee la alegria de tus ojos, ni el calor de tus palabras, levantate cada mañana sabiendo que alguien te ama

martes, 15 de noviembre de 2011

2º dia

Después de una larga mañana sin poder dormir, con la ansiedad de haber cometido un grabe error, decidí que era mejor salir de mi agujero y ver que me deparaba la realidad, me puse mis mejores galas, esas que suelen decir “soy culpable, pero no pienso admitirlo”
Con la cabeza bien alta disimulando la torpeza de esta mañana, entre en el bar., allí estaban todos riendo y hablando sin parar de lo larga y emocionante que había resultado la noche anterior… un poco de disimulo por aquí, otro poco por allá, me acerque a la barra, no le había visto por ningún lado así que estaba bastante mas tranquila, tan tranquila que decidí borrar la resaca de anoche con otra copa de lo mismo, cuando mas la disfrutaba siento una mirada que me esta penetrando, alguien me vigila, lo se lo siento…. Giro mi cabeza y allí esta el, mirándome desconcertado, sonriente, sin saber muy bien que hacer, pero con la idea fija de acercarse a mi, y así lo hizo.
Las primeras palabras que cruzamos rondaron la frialdad, las miradas hacia el suelo y el beber demasiado deprisa para evitar tener que hablar. Tras unas cuantas copas llego la normalidad, algo poco habitual después de lo sucedido. Pero ahí me encontraba riéndome con la persona que debería estar evitando, dejando que el tiempo borrara la estupidez del día anterior…
No parecía importarme demasiado, pues me encontraba a gusto, había decidido encontrarme a mi misma y parecía que estaba logrando mi objetivo, estaba feliz, nadie esperaba nada de mi, nadie me pedía que hiciera cosas por ellos, cosas que no me apetecía hacer en la mayor parte del tiempo, pero que aun así las hacia, por no disgustar, por ser útil, por la felicidad de los demás, sin preocuparme por la mía propia.
Esta vez estaba siendo diferente, me sentía bien, entre las tonterías del alterne, entre las risas algo tímidas, y no tan tímidas.
Me relaje, sentí que nada me podía estropear ese momento, viajando en una nube de alegrías. No me di cuenta de que todo lo bueno tiene un final, nos dieron las cuatro de la mañana y seguíamos absortos el uno en el otro, sin darnos cuenta de que nos volvimos a quedar solos.
Asenté mi cabeza en el pánico de la situación, decidí marcharme lo mas rápido posible de allí, y casi sin despedirme me fui.
Caminaba hacia mi casa, intentando entrar en razón, pues tenia encima unas cuantas copas que nublaban mi buen juicio, intente recordar si había dado alguna entupida señal que indicara lo contrario a lo que estaba pensando en ese momento… no logre recordar, no me dio tiempo, pues se encontraba justo detrás de mi, llamándome, pidiéndome una explicación de porque había huido del lugar. Al no saber que decir, me salieron las palabras mas cobardes que jamás pensé que tendría en mi cabeza, pero el fue bueno, no dio importancia a mi falta de coherencia, “no haré nada que no quieras, te respeto y respeto tus decisiones”- dijo el.
No recuerdo como cambio tanto la situación, no encuentro la lógica para decir porque sucedió, pero sin saber me encontraba besando sus labios de nuevo, mas intensa mente que el día anterior, con mas ganas y mas pasión… me deje llevar, los besos se acompañaron de las caricias y el aumento del calor  haciendo el amor.
No fue un momento bello, no fue un instante prefecto, no hubo cuento de hadas, simplemente vergüenza ajena por lo sucedido, ni siquiera hubo una despedida, me fui de allí como hoja que se lleva el viento.
Fue el polvo mas vergonzoso de mi vida, el mas rastrero, me sentí horrible por lo sucedido, y me prometí que jamás volvería a suceder nada entre nosotros. Que me alejaría lo suficiente para que jamás pasara semejante tontería.
No es que fuera difícil, pero sonaba mas fácil de lo que era, el para mi fue mucho y quería dejarlo en nada, terminar mis conversaciones con el, dejar de ser su amiga, dejas de contarle mis problemas, mis alegrías, mis pequeñas locuras… no era alejarme de un desconocido, era alejarme de mi mejor amigo.
Al día siguiente prepare mi maleta, sentía que pesaba mas de lo que pesaba cuando había llegado allí, entonces me di cuenta, no había recuperado mi yo, no tenia la felicidad conmigo, ni siquiera conseguí relajarme. Me llevaba para casa un problema mas, un trabajo mas, un descontrol y una tristeza que no sabia controlar.
Muda, llegue a mi particular cueva, donde hacia toda mi vida, aquello se había convertido en tan solo unos días en el mayor caos, por un momento pensé, que era alguna fuerza divina que me estaba mandando algún tipo de señal, “esta es tu penitencia, aquí pagaras todo tu mal”

en el pueblo

Me levante temprano, mas temprano de lo habitual, estaba algo nerviosa por tomarme unos días libres, donde el negocio quedaba en manos de mi pareja y el grupo. Me preocupaba bastante dejarles solos, nadie llevaría la contabilidad, no sabia si decepcionarían los pedidos… pero aun temblando por la situación, decidí que no había sitio esos días para el negocio y sus incidencias.
Prepare mi maleta sin saber muy bien que iba a hacer, si descansaría, si saldría a despejarme, o simplemente me pasaría las horas muertas junto al televisor… aun así metí de todo un poco, ropa de fiesta, de playa,  de abrigo… parecía que no iba a volver por el tamaño de mi maleta.
De camino al pueblos los nervios se iban apoderando de mi, no sabia como iba a estar aquello, hacia ya varios años que no iba por allí, por circunstancias varias me había alejado de ellos, había tomado otro sendero y se me olvido incluirles en el.
Para mi sorpresa, el recibimiento fue muy bueno, la gente me saludaba con entusiasmo, mis amigos me abrazaban y me miraban como si nada hubiera cambiado, estaban felices de verme y yo de estar con ellos.
Mi padre se encontraba mas reacio, como buscando el porque de mi visita.  Con mas tiempo, después de los saludos y los abrazos, nos fuimos los dos a casa y le explique vagamente el porque de mi visita… “ porque te echaba de menos”- dije.
Aunque acababa de mentir a mi padre, sabia que la culpabilidad por ello no podía dejar que tomara mis dos únicos días para recuperar mi entusiasmo por la vida, así que decidí que lo mejor era recuperar el tiempo perdido.
La mejor manera de llegar al corazón de mi padre es preocuparse por sus cosas, la huerta, el perro, el frió y la casa… el hombre ya es todo un jubilado así que no tiene muchos mas pasatiempos, que los cotilleos del pueblo, el televisor y sus quehaceres de la casa, así que me puse manos a la obra, toda una mañana ayudándole en la huerta, mientras hablábamos del tiempo, de los cambios que habían surgido en el pueblo y algunas que otras novedades de las que levantan vidilla en los corros de señoras que se forman en las calles…
Casi me sentía agotada después de una mañana tan intensa con mi padre, donde todos los temas tuvieron cabida, incluso en la mesa, donde nunca se habla, mantuvimos la conversación viva… y como echaba de menos esa comida tan casera,  tan sabrosa…
Por la tarde recibí una llamada, una llamada que no esperaba recibir, mi… no se como clasificarle, es la persona a la que mas he querido en la vida, la persona que mas daño me ha causado, la persona que mas me ha enseñado, la persona que me ha hecho vivir las situaciones mas divertidas y comprometidas de mi vida, la persona a la que mas echo de menos en mis momentos flacos…
Se  había enterado de que estaba en el pueblo, yo no sabia que el estaría también, pero me emocione al saber que era el,  que me llamaba para vernos para ponernos al día de todos nuestros secretos.
No lo dude un instante, “quedamos en cinco minutos, en el bar.”
Y allí estaba yo, caminando hacia un pasado mejorado, estaba perfecto,  mas guapo, mas listo, mas divertido… estuvimos toda la tarde compartiendo recuerdos entre un montón de cervezas, la tarde se paso a la noche, las conversaciones no cesaban, las risas se oían en todo el bar., y la gente nos miraba sin entender muy bien que es lo que pasaba…
Cuando quisimos darnos cuenta, la noche se había convertido en el alba,  la cara del camarero cansado de aguantar nuestras continuadas rondas, llevaba escrito en la cara “quiero irme para mi cama” así que decidimos que lo mejor era ir caminando tranquilamente hasta casa… no se muy bien todavía el porque, decidimos ir por el camino mas largo,  acompañándome a casa.
Durante un tramo del camino, nos quedamos sin palabras, como si los dos nos hubiéramos quedado absortos en nuestros pensamientos… no se que pensaría el, pero creo recordar, que yo pensaba en que todo esto me sonaba a nuestras numerosas reconciliaciones después de una de tantas noches desastrosas que habíamos vivido unos años atrás. Esta vez era algo diferente, la noche había sido divertida, tenia muchos momentos para recordar, y todos eran buenos, así que despreocupada seguí caminando, mirándolo, observando e intentando averiguar que estaba pensando…
Unos minutos mas tarde, tropezamos con la puerta de mi casa, rompiendo nuestros pensamientos, dejándonos la miradas clavadas el uno en el otro. “Esto es la despedida”- dije, intentando romper el silencio que sin saber, nos había atrapado minutos antes….
El no dijo nada, simplemente me regalo una sonrisa, y me beso, primero rozo sus labios en mi mejilla,  como con miedo me miro fijamente a los ojos y me beso, un beso dulce, suave y calido… “no esta bien, esto no esta bien” le dije, devolviéndole el beso, mientras me inclinaba dentro de mi casa, para evitar que algo mas pasara.
Esa mañana no logre descansar, pensando en lo sucedido, jamás había imaginado que esto pudiera pasar, jamás habría imaginado que me gustaría tanto que la noche terminara de esa manera, me sentía viva, desconcertada, asustada, y con ganas de mas.


lunes, 14 de noviembre de 2011

hace un año

Hace un año que abrimos nuestro negocio, mas bien su negocio. Estábamos ilusionados con todas nuestras ideas plasmadas ya sobre unos cimientos, una cocina y una barra… dispuestos a romper con lo tradicional, a imaginar un mundo nuevo.
Yo nunca habría tomado esta decisión si no me lo hubiera pedido, pero lo hizo y me tire de lleno en la piscina, sin saber que no estaba del todo llena…
No me lo habría planteado por el sencillo razonamiento, de que mi familia siempre tubo negocios propios, de restauración, me metalurgia, de servicios… y las horas, la esclavitud, las fiestas y los cumpleaños, nunca se celebraban porque el negocio era el negocio, y este nunca dormía. Recuerdo las navidades de mi infancia preparando platos y mas platos para los miles de comensales que llegarían esas noches tan importantes para las familias tradicionales, donde el negocio no era lo primero, sino la familia, la diversión y la alegría. Aunque no puedo criticar mi infancia por esos días de duro trabajo, porque no fue tan mala, trabajaba, pero también me divertía como muchos otros niños jamás soñaron, la imaginación, nuestro mejor juguete…
Los primeros meses fueron duros pero muy divertidos, trabajábamos mucho, pero parecía que todo tenia su recompensa, el futuro pintaba de color de rosas, yo me dedicaba a lo que mejor se hacer, captar clientes, ser amable y lo que mas me gusta de mi trabajo, conocer gente.
Al principio éramos unos cuantos amigos dispuestos a darlo todo, y las cosas iban bien así que no teníamos queja, o eso creía yo.
Los meses fueron pasando y la gente se fue quemando y lo mas doloroso, iban abandonando el proyecto por motivos muy diversos pero el principal, bajo mi humilde opinión, las horas de trabajo, la falta de tiempo para nosotros mismos…. Las discusiones entre parejas, los niños quejándose por no ver a sus padres por querer irse a casa sin entender que no lo hacían por dejarles sin consola, sin tele….
Al cabo de seis meses, nos encontramos solos, con la iniciativa de meter gente que le apeteciera trabajar y ser parte de nuestra familia…
No fue nada fácil encontrar gente competitiva aun estando el país desgraciadamente con un alto nivel de paro, pero probamos, algunos dieron problemas, otros decidimos que no estaban hechos para este trabajo… los hubo buenos y mejores.
Al final conseguimos un equipo, que era la envidia de todo negocio, gente que se implicaba hasta el punto de mirar el negocio como si fuera suyo; era sencillo trabajar con gente así de positiva a tu alrededor. Pero las horas seguían siendo abrumadoras para nosotros, casi dejamos de vernos, pasábamos mas tiempo siendo jefes que siendo pareja, el distanciamiento se empezó a notar. Empezamos a perder nuestras costumbres, dormir juntos, abrazarnos, comer juntos, salir a despejarnos juntos… todo aquello que implicaba estar juntos desapareció, poco a poco dejamos de ser uno para ser dos, dos trabajadores natos que hacíamos dieciocho horas diarias, sin tener tiempo para dar rienda suelta al amor.
Al  principio el cansancio me cegó para ver esta situación, pero el tiempo es sabio y me hizo ver, que aunque rodeada de un montón de gente cada día me sentía vacía, todo aquello que me hacia ser yo, había desaparecido, la música, la lectura, los amigos, los cafés calientes junto a la ventana viendo la tormenta pasar…. Poco a poco me había abandonado por un sueño, que no era el mió…
Agobiada decidí que merecía un pequeño descanso, así que propuse a todos que se organizaran lo suficiente como para que durante un par de días no notaran mi ausencia, necesitaba recuperar algo del carácter alegre... así que decidí ir al primer sitio en el que me sentí yo misma en mi época de adolescente loca, mi pueblo… donde la diversión y los amigos siempre estaban dispuestos a marcar el día, llenándolo de alegrías, de amores imposibles e historias para recordar

comienzo

En tiempos de crisis la crispación social se nota en cada paso que das al caminar por la vida. yo procuro que todo esto no me afecte, pero llega un momento en el que caes en el pesimismo de las personas que te rodean, las que te encuentras por la vida, ya sea en el trabajo, como en la vida social que a todos nos cuesta encontrar y sobretodo mantener.
yo vivo en una ciudad un tanto pequeña, según como se mire, donde  los secretos, las mentiras, las criticas, éxitos y fracasos están en boca de todos, llegan hasta el ultimo habitante de esta cuidad, a veces distorsionadas, otras vuelan como si no importaran a nadie aunque la realidad sea bien diferente.
soy una chica sencilla, con gustos sencillos, me considero bastante positiva, aunque tengo mis momentos de neurótico pesimismo, no soy de las personas a las que les guste llamar la atención, tengo un trabajo sencillo( pero no siempre parece tan sencillo como me gustaría), me permite aprender mucho y conocer a mucha gente que merece la pena. vivo en una pequeña casita que comparto con mi pareja con la que llevo cuatro largos años, a las afueras de la cuidad, muy cerca de esta, pero no tanto como para evitar el transporte publico al que sin duda he cogido un gran cariño, el porque, lo contare con mas detalles después.
me gustan las pequeñas cosas de la vida, como una mañana tormentosa de invierno, junto a una ventana con un cafe caliente entre las manos... me gusta la musica, leer, tocar la guitarra, dibujar, y aunque me cueste reconocerlo, me encantan las peliculas romanticas donde todo sale bien, lo complicado se vuelve facil y el final siempre es el justo.
mi vida ha sido sencilla y complicada a la vez, pero nunca las decisiones que habia tomado, marcaron tanto mi autoestima. Hace un año, las decisiones que tome, no fueron tan buenas como creia que serian, me ate a un destino, me aferre a un amor, me deje llevar por los deseos de los demas...
hace un año mi pareja abrio las puertas de su negocio, ilusionado por un futoro prometedor, por un sueño echo realidad, y yo le segui con la venda en los ojos, por querer ayudar, por amor.